1. Solo te cae bien
Cuando conoces a una persona identificas ciertas cosas que te gustan de su personalidad. En esta etapa descubres que tienes alguna afinidad con ella lo que te hace sentir a gusto cuando hablan, aunque sea poco.
2. Empiezan a pasar mucho tiempo juntos
Cuando existe un nivel de confianza más alto, empiezas a hablar todo el tiempo con esa persona, le cuentas detalles de tu vida, hay espacio para la diversión, las risas y hacen planes juntos.
3. Aceptas que es tu amigo
Es el momento en el que descubres muchos más rasgos de la personalidad de esa persona. Al estar tanto tiempo juntos has entrado en su intimidad y comprendes que es tu amigo. Comparten aventuras, sientes un apoyo mutuo, sabes que cuentas con él para lo que necesites.
4. Empiezan a ser honestos
Quizá es una de las etapas más difíciles de la amistad. Tu amigo te dice la verdad, pero lo hace porque te quiere. Al fin y al cabo, la amistad no solo trata de risas, también de honestidad. Y a veces, decir la verdad duele.
5. Tienen peleas como si fueran una pareja
Están todo el día juntos e, inevitablemente, surgen peleas y celos inexplicables. El secreto está en identificar el problema y darle una solución. Las peleas hacen que su amistad sea fuerte y logren demostrar lo mucho que se quieren.
6. Saben lo que piensa el otro
Con el paso del tiempo, la etapa de telepatía se fortalece y llega para quedarse. Es el momento en que conoces tanto a tu gran amigo que hasta comprendemos lo que le pasa sin que diga una palabra.
7. Piensas que es tu hermano separado al nacer
Han pasado varios años desde el momento en el que solo te caía bien y existe una química grande entre los dos. Tienen gustos similares, las risas no pueden faltar, se preocupan el uno por el otro y sientes que darías la vida por él. Su amistad da un paso más y ahora es tu hermano.